Madrid se despertaba con estallidos que desparramaban a las personas y las maletas como las hojas secas de los árboles, monigotes quebrados por el asfalto y las vías, cuadernos de apuntes que nunca llegarían a la universidad, maletines y mochilas y ese zapato abandonado en medio de la nada..
Y además de la lluvia de mantas, millares de personas acudían a los hospitales a dar de su sangre para salvar a todos los que se pudiese, y los taxistas llevaban a las familias a buscar al hijo perdido, a la novia , al marido, al amigo, cuánto silencio y lágrimas camino de Ifema.
Madrid era un inmenso corazón que apenas respiraba pero que era rotundo en ganas de hacer algo, de salvar, de abrazar, de gritar por la paz en una manifestación que nos hizo hermanos y daba igual la política y la religión y los estudios, todos codo con codo porque eso que nos había pasado no podía ser.
¿Y qué nos ha pasado?
¿Quien nos ha ido arrancando el corazón y nos dejó el huequito lleno de indiferencia o de odios y rencores, que es una hartura esto de los políticos, que mareaditos nos tienen a todos, ya vale...
Somos una tierra llena de gente buena. Vamos a despertarnos. Vamos a recordar que aquí nadie se queda sin riñones o pulmón o corazón, que eso tarda un poco más, pero nos entregamos las entrañas de los nuestros para que otros sigan viviendo. Que somos un pueblo solidario para limpiar chapapote, para ir a rescatar náufragos a Grecia, para llenar el banco de alimentos de alimentos.
Somos así y no se nos tiene que olvidar. Y nos sentimos orgullosos de todos los que ayudan.
Por eso, ante esos cientos de miles, no se si ya millones, de seres humanos que esperan en el barro y estan ahí maldurmiendo en tiendas de esas cutres quechuas pues digo yo que tenemos que rescatar nuestro espíritu del 11M." Welcome refugees"; ¡pero si han venido seis u ocho!!
Yo entiendo que esto de los musulmanes nos de miedito, pero algo podemos hacer por tantas criaturas, que hay más niños ahí que en la cabalgata de reyes, pero durmiendo en cajas de cartón, como los pollitos de las ferias.
Veo con frecuencia todos esos arboles que se plantaron en el Retiro en memoria de lo que murieron. Suenan hoy todas las campanas de Madrid.
Que las ramas aun verdes y los tañidos que llenan la ciudad nos devuelvan los héroes que somos nosotros mismos y que parece que hemos olvidado. Que el recuerdo de todos los que murieron y sus familias, cuya cicatriz es hoy seguro un pozo de carne viva, nos haga mas humanos y mas hermanos.
Y será así porque fuimos grandes. Ante el desastre la valentía; ante la barbarie la humanidad.
Despertemos. Nosotros somos hérores y vamos a salvar el mundo, como superman, pero en plan castizo y sin darnos importancia.
Spain is diferent. Despertad superheroes!
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