jueves, 7 de abril de 2016

La sopa y las Hostias

Las Hostias quedaron desparramadas por el suelo como si fueran pienso para las gallinas. El sagrario roto y por los suelos. 

Y se llevaron el dinero que habían conseguido en el rastrillo solidario de San José , dinero para dar de comer a los pobres de Colmenar, sean de la religión y del partido que sean. 

Desde hace ya unos años el párroco, Antonio del Amo, y su gente de bien se afanan porque nadie pase hambre, que es mandato de su Señor eso de dar de comer al hambriento. ¿Quién roba el dinero de los pobres? ¿Quien tira a Dios por los suelos? ¿Cómo dormirá hoy? ¿Le habrán ayudado quizá alguna vez en alguna iglesia? ¿Se sentirá orgulloso de su hazaña? ¿Estará planeando el próximo golpe? Robar en un banco tiene su aquel, con la mala prensa que tienen los bancos... Pero llevarse el dinero para las lentejas y las mantas de los que no tienen nada tiene uno no se qué de despreciable. Y tirar a nuestro Dios, que es Pan, por los suelos nos hiere como el que pega a tu madre. 

El arzobispo Osoro fue a ver a a aquella doliente comunidad con el Sagrario y el corazón rotos. Estoy seguro de que no les faltarán personas que les ayuden y les respalden. 

Me cuentan que rezaron por los ladrones y sacrílegos en aquella misa de menudo disgusto nos han dado. La Iglesia es así. Seguirán repartiendo sopa y Pan de Dios. Y perdón. 

Como Jesús.

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