Desde Doña Pepita de primero a mis profes de Universidad, cada uno me fue dejando algo, el entusiasmo, el conocimiento, o el sopor y el aburrimiento de aquellas tardes de lluvia de las que hablaba Machado.
Da vueltas por el mundo una carta de Iván de la Cruz, un chico alto, algo tímido y muy buena persona. Y sobre todo un gran maestro, le encanta educar. Le encanta formar buenas personas. Tengo en mi lista de amigos y conocidos un gran número de buenos profes; Jesús Manuel Gallardo,Carolina Illescas Aragón, José Miguel Juan Gamalié, Begoña Lemonche,David García Fernándezetc etc. No tengo espacio para nombrarlos a todos...espero no me manden copiar 20 veces "No olvidar el nombre de otro buen maestro". El aula es su medio natural y ser profesores una vocación vivida con pasión auténtica.
Vivimos tiempos difíciles para la educación. El esfuerzo, la ilusión por el conocer, el respeto, se han evaporado entre las máquinas de los gimnasios del cuerpo perfecto y las cejas ultradepiladas y esas leyes de educación que suben y bajan como mareas de políticos intereses.
Echo de menos mis tiempos de profe en Puertollano, con aquellos chavales de 5º y 6º o en el Paseo o aquella etapa del Rosa Chácel. Mis dibujos en la pizarra mientras sonaba música y los chicos llenaban sus cuadernos de apuntes y comics. ¿que será de mis "Viejos alumnos"? ¿me recordarán? ¿Cómo fue mi paso por sus días de la niñez o la juventud?
Un maestro comparte mucha vida, lo que sabe y lo que es, en una transfusión de pizarras y convivencia. Necesitamos buenos maestros. Que si no, no escribiremos recto y seremos como las virutas de los lápices, inservibles recuerdos de nuestra infancia, allí en la bolsa negra de la papelera de la esquina según entras.
http://diariodealcala.es/actualidad/sociedad/item/21998-la-carta-de-un-profesor-a-sus-ni%C3%B1os-que-ha-dado-la-vuelta-al-mundo
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